El nombre de Diego Buonanotte sonó fuerte allá por los años 2004, 2005. Se decía que River tenía en su cantera un proyecto de jugador formidable, con características propias de los "distintos". Sin embargo, recién en 2008 apareció la figura del futbolista en la Primera de la institución de Núñez.
Con su voz y estatura características a las de un nene de 10 años, propios y extraños se sorprendieron ante la presencia de un chico que estaba más para mascota que acompaña a los jugadores en la salida a la cancha, que para actuar en el máximo nivel en uno de los dos clubes más importantes del país. Y encima, en la posición de enganche.
Desde ese lugar, el "Enano" (apodo fácil, si los hay) se burló de aquellos que se mofaban de su semblante. En el Clausura de aquel 2008 fue la figura desequilibrante de un River que no brilló, pero que terminó festejando luego de cuatro años gracias a las atajadas de Carrizo, los regates de Ortega, el manejo de la pelota quieta de Abelairas, pero, sobre todo, por la fundamental actuación de "Dieguito". Con su zurda, Buonanotte fue el creador de fútbol que los Millonarios venían necesitando, porque hasta Ortega fue suplente suyo en gran parte del torneo. Con ocho goles en su primer campeonato como protagonista de la historia grande del club de Núñez, la figura del petiso parecía no tener techo.
Sin embargo, pasó un año en el que el mal carácter por el nulo acompañamiento de parte de sus compañeros, pudo más que la destreza dentro del campo. El "Enano" tuvo un año fatal, de junio de 2008 a mismo mes de 2009. Pero ojo, porque ahora volvió.
Con su cambio de ritmo y gambetas en velocidad que le son propias a él y sólo a él y su perfil de líder futbolístico positivo, que vuelve a ratificarse en este tiempo, Buonanotte exhibió en el Torneo Esperanzas de Toulón que aquello que mostró hace un año no fue casualidad y que puede repetirlo en un lapso de tiempo prolongado.
Hoy, marcó su cuarto gol en cinco partidos con la Selección Sub 21 y termino siendo el goleador del torneo. El equipo nacional le ganó, agónicamente, 1 a 0 a Holanda y se quedó con el tercer puesto y la medalla de bronce. Un logro que no hubiera sido igual sin la presencia del "Enano". Gigante como en aquel Clausura consagratorio y con la promesa firme de volver a ser.
DAMIÁN ORLANDI
viernes, 12 de junio de 2009
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