viernes, 12 de junio de 2009

NO VALE REPETIR EL MISMO TÍTULO

En este sitio, en dos ocasiones decidimos titular las presentaciones de Independiente con el encabezado: "Rojo de verguenza". Hoy, deberíamos utilizar el mismo. Partido tras partido, los jugadores del equipo de Avellaneda continúan sumando porotos para ser sentenciados como los protagonistas de uno de los peores equipos de la rica historia del club bonaerense.
Luego del 3-1 sobre Central, en el que Montenegro y Assmann volvieron a demostrar por qué acumulan méritos para recibir el aplauso de los críticos y no las reprimendas que sí merecen sus compañeros (el Rolfi hizo los tres goles y el arquero evitó que el Canalla no se llevara, mínimo, un empate en su visita a la capital del país); los 11 del exasperante y verborrágico Gallego fueron víctimas, nuevamente, de una goleada histórica.

El 5 a 0 propinado por Banfield, en el Florencio Sola, no refleja la actualidad de ambos clubes. Sí representa el momento que vive Independiente, pero dista con la realidad que atraviesa el conjunto de Falcioni. Sumido en la mediocridad reinante en la que están inmersos el 80% de los equipos del fútbol argentino, el Taladro consiguió un triunfo previsible y lucido, pero inesperado desde el resultado (por su presente, no por lo mal que está su rival). Dos de Silva, uno de Víctor López, otro más del uruguayo Fernández y el último de Barraza. Cinco tantos que pudieron ser más y que no paran de hundir al Rojo.

Quedan dos fechas para el final del calvario, deben pensar sus hinchas. ¿Restarán dos jornadas, también, para la denominada "limpieza"?

DAMIÁN ORLANDI

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