domingo, 20 de abril de 2008

SUFRIR, SIEMPRE SUFRIR

Al definir a Racing Club de Avellaneda es inevitable no nombrar una palabra como el sufrimiento. Ese sentimiento que vive y padece, desde el máximo dirigente hasta el más mínimo simpatizante blanquiceleste. Lo de esta noche fue una nueva prueba de, que hasta que el árbitro no da el pitazo final, no culmina la historia, en este caso exitosa para la Academia.
Increíble por donde se lo mire como a Racing se le puede escapar un partido que va ganando 3 a 0. Claro, podemos recordar el último Apertura cuando derrotaba por esa diferencia a San Lorenzo y terminó perdiendo. En este oportunidad, por lo menos se quedó con una unidad.

Pero no venía al caso, porque Racing fue superior en los primeros 45 minutos sacando ventajas mediante Maximiliano Moralez, quien convirtió en dos ocasiones y fue la figura del encuentro. Además, tenía controlado a un Lanús dormido que ni siquiera atinaba a reaccionar y que veía como el local lo pasaba por arriba. Moralez a los 13, Faccioli con muy poca fortuna, en contra de su propia valla le daba el 2 a 0 provisorio a la Academia y otra vez el chiquitito que hizo estragos, anotaba la goleada. José Sand tras un tiro de esquina le dio respiro a su equipo y antes de ingresar a los vestuarios descontaba.

Ya en el segundo se dio un partido en el que los de Llop tenían todo servido para liquidar el pleito. El Granate con la necesidad de conseguir el gol rápidamente atacaba y dejaba huecos en el fondo, aunque los contragolpes que generó su rival no los supo capitalizar. Y así le dio vida. A los 3 del complemento, nuevamente Pepe Sand anotó y puso las cosas 2-3. Lanzado en ofensiva Lanús no podía vulnerar el arco de Hilario Navarro y con un Bastía que se convirtió en un guerrero de la cancha, sumado a Navia junto a Ávalos que seguían desaprovechando oportunidades, los de Avellaneda se sostenían parcialmente.. Y cuando parecía que todo quedaba en favor de la Academia, un tiro libre dejó la pelota sobrando en el borde del área y allí apareció Nicolás Ramírez para sacar un bombazo y provocar el grito de gol y hazaña para el visitante. 3 a 3 y celebración para los de Cabrero.

Masticando bronca y con mucha desazón quedaron los jugadores de Racing, que si bien están algo acostumbrados a este tipo de situaciones, cada vez que viven una de ellas, representa como un trago hiper-amargo difícil de digerir.

GERMÁN MARTINA

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