
Lamentablemente, la cara que está exhibiendo el conjunto de Ramón Cabrero no es la misma que aquella versión que lo llevó a lo más alto en el Torneo Apertura pasado. Sin dudas, la principal razón de esta reacaída en el rendimiento futbolístico se debe a las continuas lesiones que están sufriendo los integrantes del plantel. Más de medio equipo sufrió inconvenientes físicos en el último tiempo, y el caso más reciente es el de Lautaro Acosta, quien no pudo estar esta noche y también se ausentará en la vuelta, en Gaudalajara.
Hablando del partido, hay que hacer mención a la autoridad con la que ganó el Atlas. Manejó muy bien la pelota, y se movió de manera criteriosa durante los primeros 45 minutos de juego. El tanto de Marioni, ese brillante taco a los 37, fue un golpe que liquidó a Lanús. Porque el Granate había llevado peligro al arco de Bava antes del tanto (dos oportunidades que perdió José Sand) y, después del mismo -en los casi 55 minutos restantes- fue más empuje que otra cosa. No apareció Diego Valeri y las ganas de Agustín Pelletieri y del propio Sand fueron insuficientes. Los mexicanos se defendieron bien y no sufrieron sobresaltos.
La vuelta será la semana próxima, en México. Es la última oportunidad del campeón de demostrar por qué llegó al máximo torneo continental. Tiene que ganar sí o sí para dar vuelta la historia y seguir construyendo la propia. Esa que empezó a escribir en diciembre del año pasado y que puede tener un fin en siete días, aunque esperamos que no sea así.
DAMIÁN ORLANDI
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