miércoles, 23 de abril de 2008

SE APROVECHÓ DE LA DESGRACIA AJENA

El pasado 15 de marzo de este año, San Lorenzo y Vélez se iban a enfrentar en un contexto que favorecía ampliamente a los de Liniers. Al Nuevo Gasómetro, los de Hugo Tocalli llegaban con 13 unidades de 15 que se habían disputado hasta ese momento; mientras que el Ciclón había perdido más de lo que había ganado, y además estaba muy complicado respecto al pasaje a los octavos de final de la Copa Libertadores.

En aquella ocasión, estaba todo preparado para que se sacaran chispas en uno de los clásicos más importantes del fútbol argentino. Sin embargo, a causa de la muerte del hincha velezano Emanuel Álvarez en manos de algún hincha de Huracán (todavía no han identificado al victimario), el encuentro fue suspendido.

Hoy, 39 días después de aquel sábado sangriento, Cuervos y Fortineros finalmente se vieron las caras. Pero hay que tener en cuenta un aspecto fundamental: la realidad de ambos conjuntos es totalmente diferente. San Lorenzo clasificó a la siguiente fase de la Copa y, si bien cayó el pasado fin de semana ante Argentinos, por el Clausura, venía de acumular seis triunfos consecutivos. Los jugadores de Vélez, por el contrario, son criticados por su hinchada, quien le pide a los futbolistas más compromiso y menos salidas por las noches.

Con ese marco, la obligación la tenía el equipo de Ramón Díaz, aunque los de Tocalli debían vencer para cambiar su cara. Lamentablemente para estos últimos, debemos decir que les salió todo al revés. Si hubieran jugado aquel 15 de marzo, tal vez la cosa hubiera sido distinta. El Santo de Boedo se aprovechó de la debilidad de un apático, deslucido e inocente Vélez, que no supo crear una sola situación de gol en todo el partido y se vio superado por un San Lorenzo que no necesitó demasiado para vencerlo.

Con un tanto de Jonathan Bottinelli a los 15 del primer tiempo y basados en la firmeza otorgada por Sebastián Méndez en el fondo y los destellos de talento de Andrés D'Alessandro por todo el frente de ataque, a los Cuervos les bastó y se puso a tres de Estudiantes y River, los dos punteros del Clausura. Los de Liniers deberán trabajar muchísimo para mejorar lo exhibido esta tarde. Pero que se apuren, porque el tiempo apremia.

DAMIÁN ORLANDI

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