domingo, 6 de abril de 2008

DE ARCO A ARCO

Así ganó River. Porque Juan Pablo Carrizo y Diego Buonanotte fueron los principales responsables del triunfo del Millonario sobre el último campeón, y en su propia cancha.
Analizando lo ocurrido de manera cronológica, podemos afirmar que el nivel del juego exhibido esta tarde fue de menor a mayor. En el comienzo, ambos conjuntos se estudiaron y fue difícil de recordar una jugada en la que se hayan pasado la pelota tres compañeros del mismo equipo. Reinaron las imprecisiones y escasearon las llegadas, aunque se pueden rescatar -al menos- una para cada lado. Primero fue Buonanotte quien pudo marcar, pero su toque de zurda, con el arco a su disposición, fue bloquedo por la pierna salvadora de Carlos Quintana. Minutos más tarde, el Granate también pudo abrir el marcador, pero José Sand se sorprendió, pensó que estaba adelantado, y cabeceó por encima del travesaño. Cuando se dio vuelta, no lo podía creer.

En la segunda etapa, llegaría lo mejor. El Enano diabólico se encendió y River disfrutó. Pudo Radamel Falcao ajusticiar a Carlos Bossio, luego de una exquisita asistencia del más petiso de la cancha, pero falló. También la tuvo Augusto Fernández, después de un pase entre líneas del de la vocecita de nene de 10 años, pero el pergaminense remató desviado. Hasta que el minúsculo media punta se enojó e hizo la suya: le tiró un caño sucio a Carlos Arce y quedó cara a cara con el más grande de todos. En la Fortaleza del Sur, la historia se hacía presente: David enfrentaba a Goliat. Claro que, mientras pensaba cómo describir la acción, Buonanotte ya la había cruzado al palo izquierdo de "Chiquito" y ya estaba festejando. River ganaba y debía aguantar.

Lo hizo mal, porque los de Ramón Cabrero los metieron contra su propio arco e, increiblemente, ante cada pelota parada en contra, los de Diego Simeone se metían hasta su área chica y tardaban en alejar el peligro. En una de esas acciones, Cristian Villagra bajó a Sand y Sergio Pezzota sancionó el penal. Otra vez Pepe podía ser el héroe del Granate o terminar como hace cuatro días: siendo el villano por haber fallado la pena máxima ante Estudiantes. Y pasó eso nomás. Porque enfrente tenía al arquero menos vencido del torneo y el que más está rindiendo. Ese que genera que a los delanteros rivales se les cierre el arco cuando lo ven salir. Carrizo se arrojó a su derecha y el balón dio en sus piernas. Esa fue la última del local, la última del campeón.

Ganó 1 a 0 el Millonario, continúa en la punta y -a pesar del cansancio por jugar dos torneos a la vez- las chances del equipo en ambas competiciones están intactas. ¿Aguantará hasta el final o se quedará en el camino?


DAMIÁN ORLANDI

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