En el cotejo que terminó hace instantes, tanto los locales como la visita tuvieron oportunidades claras para quedarse con los tres puntos, pero la falta de confianza y la mala suerte con la que cuentan en el último tiempo, influyeron para que el 0 a 0 fuera el fiel reflejo de la actualidad de ambos en el Torneo.
El Sabalero presentaba a Antonio Mohamed como nuevo entrenador, quien modificó el sistema táctico habitual de los santafesinos, por uno de su agrado: el 3-4-1-2, utilizado en su Huracán, cuando los de Parque Patricios ascendieron y en su estadía al frente del Globo en el comienzo del Apertura pasado. Sin embargo, hoy el esquema no anduvo a la perfección, aunque pudo haber sido peor. Los de atrás estuvieron sólidos (es la primera vez que no recibe goles en el campeonato), pero adelante se falló y mucho. Darío Gandín y César Carignano pudieron darle el triunfo sobre el final al local, pero sus remates no tuvieron destino de red y la principal causa de esto es, además de las falencias en la definición, que el equipo no liga.
Lo mismo sucedió con el Lobo, ya que Matías Escobar cabeceó solo frente al arco y su definición tenía destino de red, pero la pelota se acordó de que Gimnasia no debe ganar por ahora, y por ello rebotó en el palo y llegó mansita a las manos Sebastián Blázquez. Los de Guillermo Sanguinetti dependen excesivamente del mejor de la cancha por enésima vez, Ignacio Piatti, por lo que su identidad de juego se hace cada vez más previsible y monótona.
Fue empate en Santa Fe. Los dos perdieron dos puntos en la pelea por no descender, aunque por el momento que están atravesando y por lo mal que juegan, deberían festejar la unidad conseguida.
DAMIÁN ORLANDI
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