En Old Trafford, el millonario Manchester de Alex Ferguson cayó ante el débil Portsmouth, ubicado en la novena posición en la actual edición de la Premier League, pero acostumbrado a pelear el descenso en las últimas temporadas. La sorpresiva victoria de los visitantes fue por 1 a 0.
Como cada vez que los Diablos Rojos juegan en su estadio, se hace casi imposible afirmar que el rival que lo derrota, lo hizo con justicia. Y hoy no fue la excepción. Porque el United siempre propone y hace que sus oponentes se replieguen y esperen recuperar la pelota en su propio campo, aspirando que el asedio constante del local vaya en retroceso a medida que pasan los minutos. Pero eso nunca sucede.
El Manchester hoy fue una tromba, como está acostumbrado a serlo en cada presentación. Sin embargo, hoy careció de dos factores fundamentales para ganar un partido: la suerte y el gol. Fueron innumerables las situaciones que crearon los de Ferguson para batir, en definitiva, a la gran figura de la cancha, David James. El "1" visitante evitó que Wayne Rooney, Cristiano Ronaldo, Luis Nani y Carlos Tevez (mucha voluntad, poca precisión), entre otros, conquistaran el tanto de la victoria. Por eso, los goles que no se hacen en un arco...
El Portsmouth aprovechó una contra hilvanada por Niko Kranjkar, quien habilitó a Milan Baros y, cuando el checo superó la salida de Tomas Kuszack, el polaco lo bajó y, como consecuencia, el árbitro sancionó el penal y el arquero se fue expulsado. Como este último había reemplazado a Edwin Van Der Sar, Rio Ferdinand se puso el buzo de arquero y fue al arco, para evitar lo inevitable: el ghanés Sulley Muntari remató fuerte, cruzado, y los de Harry Redknapp dieron el batacazo en el el Teatro de los Sueños que, a esa altura, se había convertido en el Teatro de las Pesadillas...
DAMIÁN ORLANDI
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