domingo, 30 de marzo de 2008

DEPORTIVO EMPATE

En eso se ha convertido Huracán. Porque de los ocho partidos que disputó en el actual torneo, el Globo igualó cinco (además perdió dos y ganó uno) y en la temporada tiene más pardas que derrotas y victorias: los once empates, superan a los diez éxitos y los tan solo seis traspiés. Con Antonio Mohamed, Osvaldo Ardiles o Claudio Úbeda en el banco, los de Parque Patricios saben cuidarse atrás, pero a la vez les cuesta dañar al rival. Por eso la mayoría de las veces, sus hinchas ni sufren en demasía, ni gozan en abundancia, porque Huracán empata, empata y empata.
Hace instantes, Independiente visitaba la cancha de Argentinos Juniors (allí hace de local el Globo) con el objetivo de conseguir los tres puntos para acercarse a los de arriba y olvidarse lo más rápido posible del alejamiento de Pedro Troglio luego de la derrota en San Juan. Miguel Ángel Santoro dirigía su primer partido en esta nueva etapa y, de movida, metía dos variantes: discutió con Lucas Mareque en la semana, por lo que incluyó a Matías Di Gregorio entre los once iniciales, y Lucas Pusineri también apareció como titular, por derecha. Freddy Grisales, ausente por lesión.

El encuentro comenzó siendo dominado por los de Úbeda. Con más empuje que ideas claras y más por errores del mediocampo y la defensa Roja, que por virtudes propias; los liderados futbolísticamente por Hugo Barrientos (amo y señor del mediocampo) llevaron peligro al arco de un segurísimo Fabián Assmann, quien evitó varias veces la caída de su valla. En el complemento, los de Avellaneda mejoraron y hasta pudieron ganarlo: primero, el juez de línea anuló un gol de Leandro Gioda por supuesta posición adelantada; y a nada del cierre, Daniel Montenegro (de muy flojo partido) metió un cabezazo en el travesaño.

El 0 a 0 ya estaba sellado y fue lo más justo. Claro, si jugó Huracán, cómo no iban a empatar...


DAMIÁN ORLANDI

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