Quizá, no todos los conjuntos lo demuestren, como sucedió con la pobre actuación de los jujeños en el día de ayer, pero equipos como los procedentes de Rosario, exhiben un alto nivel futbolístico y transmiten temor para su rival, más que nada de lo que proviene desde las tribunas.
Rosario Central, con un plantel colmado de juveniles, venció hoy con garra, actitud y carácter a Banfield, y estos adjetivos caben por la forma en que lo ganó. A los 32 del primer tiempo, apareció Nicolás Pavlovich, para poner en ventaja al taladro, un taladro que venía envalentonado tras el triunfo por 5 a 0 en el clásico ante Lanús y por levantar un 1-3 frente a Tigre en cinco minutos. Y fue allí donde se vio la gran reacción de Central, que no tuvo una buena primera parte pero que en el segundo tiempo salió a oprimir a su adversario, tanto con centros al área, como llegando con pelota dominada. Tanto inisistir, trajo sus frutos para los dirigidos por Leonardo Madelón, ya que el delantero que viene de racha, Emilio Zelaya, empató las acciones luego de encontrar un rebote tras el remate de Arzuaga. Un alivio para los locales que ya, mínimamente, no perdían en su estadio. No conforme con la igualdad, los rosarinos siguieron inquietando a la defensa y llegó un momento que se vio superada. A los 38 minutos, el ingresado por Zelaya, José Vizcarra, conectó un cabezazo en el área y su tanto hizo estallar el Gigante de Arroyito.
Su gol, permitió que Central siga escapando de las últimas colocaciones, pueda pasar a Racing y sueñe con ya no tener que lidiar con el tema de los benditos promedios. Para los de Llop, un tropezón que no es caída, ni mucho menos, y que puede seguir prendido pensando en el ingreso a los certámenes internacionales.
GERMAN MARTINA
No hay comentarios:
Publicar un comentario