Los de Carlos Ischia presentaban una actualidad irregular. Jugaron mal ante Central en la primera fecha, golearon al Bicho en la Bombonera y sacaron un punto milagroso en Venezuela, por la Copa Libertadores.
De todas formas, es sabido que cuando la pelota empieza a rodar, de lado quedan las especulaciones, los números, y cualquier análisis previo que se pueda realizar. Lo mismo sucede con el planeamiento táctico de cada equipo cuando hay un gol tempranero: a los 4, Paletta la despejó, Palacio le ganó de manera increible a Pablo Frontini, quien se vio superado por la cabeza del bahiense y Palermo, luego de controlarla, definió con un fuerte derechazo que se metió en el primer palo. Medrán sólo la vio. Aunque se hubiera tirado, nunca llegaría. El goleador empezaba a hacer de las suyas.
A partir del golpe recibido, los sanjuaninos presionaron tanto que merecieron el empate. Tuvieron dos claras: un remate de afuera de Décima que dio en el travesaño y un cabezazo de Tonelotto que se fue al lado del palo. Boca también tuvo la suya, pero en esa el "optimista del gol" falló: Palermo recibió solo frente a Medrán y eligió fusilarlo en vez de colocarla, por lo que se la hizo fácil al "1" rafaelino.
En el complemento, a pesar del asedio de los locales, los de Ischia lo liquidaron. Fue nuevamente Martin Palermo quien, en esta ocasión acertadamente, perforó la red del arco sanjuanino y selló la historia.
Fue 2 a 0 para Boca. Con los dos tantos, el ex Estudiantes quedó a uno del récord de Francisco Varallo y a un par de ser el máximo anotador de la historia Xeneize. Se cae de maduro que lo conseguirá.
DAMIÁN ORLANDI
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