
Es cierto que en el fútbol los goles no se merecen, sino que se hacen. Y aunque San Lorenzo insinuó un poco más que Huracán en lo que a lo futbolístico se refiere, el partido no resultó demasiado agradable para la vista, ya que hubo poco de las individualidades y practicamente nada en acciones colectivas. La prueba cabal está en que los dos goles fueron convertidos de cabeza. A los 3 minutos de la primera parte Jonathan Bottinelli conectó de cabeza un centro que llegó proveniente del córner. Con mayor posesión de pelota, el conjunto de Ramón Díaz justificaba la victoria pero no conseguía mayor profundidad. Hasta que en el minuto 34 Paolo Goltz, escapó del asedio de su marcador y tras el centro que cayó llovido al área, producto de un tiro libre, igualó las acciones. A partir de esto, el globito se dedicó a defender en la segunda etapa y a hacer tiempo en algunas ocasiones debido a que no encontraba la manera, ni tampoco un protagonista que le genere el fútbol que necesitaba. Los últimos 45 minutos entonces, fueron bastante aburridos y el santo no pudo cristalizar las pocas llegadas que provocó.
Fin de un clásico entre dos equipos que no se veían la cara hace cuatro años y que deberán esperar algunos meses más para volver a encontrarse, y así tratar de vencerse.
* En el minuto 45 del segundo tiempo se fue expulsado Diego Rivero
GERMAN MARTINA
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