
Ambos equipos tenían que ganar si pretendían seguir bien de cerca a Lanús y Boca, los dos punteros hasta el momento (resta jugarse el partido del "Granate" ante Tigre). Por lo tanto, la mitad de la cancha sólo sería testigo de rapidez con la que ambos equipos la atravesarían para llegar al arco contrario y tratar de convertir. Así fue como se planteó el partido de principio a fin. Independiente parecía ser algo más al principio, porque Montenegro y Sosa se encontraban a las espaldas de un Ahumada que nunca supo como anticipar al "Rolfi", pero cuando encontraban a Denis, éste las desperdiciaba. De todas formas, a los 19, el otro que había convertido en el Torneo para el equipo de Troglio, apareció en el área de River para conectar un cabezazo preciso y que se metió pegado al palo izquierdo de Carrizo. Estamos hablando de Carlos Matheu, de gran partido, al igual que su compañero en la zaga, Guillermo Rodriguez. A partir de entonces, River empujaba sin encontrar profundidad, pero con un as de espadas que corrió los 90 minutos como si estuviera arriba de su apellido: Paulo Ferrari. Una escapada de éste, a un minuto del final de la primera etapa, y el anticipo de Belluschi, quien cabeceó al primer palo, decretó el empate para los de Passarella. Justicia en el resultado.
En el complemento, Denis (dos veces), Montenegro, Pusineri y Fredes, pudieron darle la victoria al "Rojo", pero ninguno estuvo preciso ni pudo vulnerar a Carrizo. River, por su parte, dependió mucho de un Ortega un tanto impreciso, pero que con coraje, sumado al buen juego de Belluschi y a la ya mencionada incansable voluntad de Ferrari, también tuvo las suyas.
Pero fue empate. Gran partido en Núñez, ninguno de los dos conforme y la expectativa por ver, en unos instantes, lo que suceda con Lanús y Tigre.
DAMIÁN ORLANDI
No hay comentarios:
Publicar un comentario