La causa principal es la situación en la que se encuentra el equipo, no sólo institucionalmente hablando, sino en el aspecto deportivo: comparte la promoción con Newell´s y deberá hacer un gran campaña el campeonato que viene para zafar de esa zona. Además, la sucesión de partidos perdidos sobre el final generaban en los jugadores una sensación de impotencia que terminó de explotar el pasado viernes, cuando Tigre los derrotó en tiempo de descuento y muchos de ellos se largaron a llorar en el medio de la cancha. También, la mala racha como local acumulada en este campeonato: Central consiguió hoy su primera victoria, recién en la fecha 18, cuando es sabido que los dos conjuntos rosarinos siempre se han hecho fuertes como local. Otra de las razones: hacía su debut Leonardo Carol Madelón como entrenador del plantel, lo que provoca un envión anímico y un cambio de aire en los futbolistas y la renovación de la esperanza en los fanáticos. Una excusa insoslayable: el rival que estaba enfrente era uno que estaba en situación similar, aunque más abajo: el equipo de Fernando Quiroz quería los tres puntos para descontarle a los Canallas. Sin embargo, quien se puso en ventaja fue Central con un gol de José Vizcarra a los 11, aunque rápidamente, a los 16, lo igualó Luis Tonelotto. A pesar de lo recién mencionado, parecía que los sanjuaninos se conformaban con la igualdad, ya que sus jugadores estaban constantemente en el suelo fingiendo infracciones o dolores inexistentes que hacían pasar el tiempo. De todas formas, el desahogo llegó a 10 del final, cuando Leonardo Borzani remató bajo y desniveló y más grande aún fue la celebración cuando Vizcarra puso el 3 a 1, dos minutos después. El descuento a cinco del final, de Tonelotto, hizo que el suspenso fuera otra vez protagonista en el estadio de Arroyito. La gente veía venir el final de siempre, pero no.
Ganó Central. Parece mentira, pero lo hizo. Por eso todos lo festejaron como un campeonato.
DAMIÁN ORLANDI
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