Cuando todos esperaban una definición entre
Federer y
Murray en la Catedral, se interpuso
Andy Roddick para demostrar que sus dos finales alcanzadas en el templo del tenis contienen mucho peso. En una versión perfecta, variando los ritmos, letal con su saque, agresivo a la hora de atacar y paciente cuando tuvo que pelotear contra uno de los jugadores más
consistentes del circuito, el
estadounidense sacó de competencia a la esperanza "local" por 6-4, 4-6, 7-6 (9-7) y 7-6 (7-5). Como refleja el marcador, todos los parciales fueron muy cerrados: en el segundo pareció que
Murray daba vuelta la historia e imponía toda su condición. Sin embargo, el mérito del crédito de
Nebraska fue no bajar los brazos y exhibiendo suma regularidad pudo plasmar el pasaje a la final. Así como sucedió en 2004 y 2005,
Roddick se medirá con
Roger Federer, quien derrotó por 7-6 (7-3), 7-5 y 6-3 al alemán
Tommy Haas y ahora buscará su sexto título en
Wimbledon. Pero el suizo no sólo irá por un nuevo título en el césped
inglés, sino que, si se queda con el triunfo, volverá a ser el número uno del mundo y se convertirá en el jugador que más torneos de
Grand Slam ganó en la historia, en este caso con 15.
A la definición, Federer llega con un ámplio récord en el historial entre ambos de 18-2, pero A-Rod dejó una buena imagen hoy, demostrando que tranquilamente se puede meter en la conversación entre los cuatro fantásticos jugando de ese modo. Lo que marca que al helvético no le será tan sencillo...
GERMÁN MARTINA
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