MUCHO MÁS QUE UN CLÁSICO

Huracán venía jugando muy bien, como nadie en mucho tiempo. No hay recuerdo en la cabeza de este humilde servidor de un equipo que mostrara un fútbol tan simple y vistoso, y a la vez tan contundente.

Con un arquero joven, pero con presencia y seguro. Una defensa sólida en sus centrales y con capacidad goleadora en el área contraria, y dos laterales con proyección y hábiles para dañar en campo ajeno. Un volante central de Selección; mediocampistas externos (Díaz o Toranzo, mitad de campeonato para cada uno, y César González) con el equilibrio justo para marcar cuando hay que hacerlo y ayudar en la creación y llegada al gol en el momento necesario, sumado a la excelsa pegada exhibida por dos de ellos (Toranzo y González). Un doble enganche con panorama, juego a un toque, taco, caño, sombrero y virtudes por doquier; y un centrodelantero acorde a lo que requiere un conjunto que juega por abajo: Nieto es lo que necesita la Selección. Tal vez no ese apellido, pero sí sus cualidades como referente de área y pivote.

Hoy, el Globo tenía una prueba de fuego. Si quería salir campeón, debía ganarle a San Lorenzo como visitante (era en cancha de Boca, es cierto, pero con mayoría de hinchas del Ciclón en las tribunas) para confirmar lo hecho hasta ahora. Y si bien no jugó como su mentor esperaba (Ángel Cappa admitió que no le gustó lo mostrado por sus futbolistas, a pesar de la victoria), el único gol del partido fue para los de camiseta blanca y el festejo, por consiguiente, también correspondió a los Quemeros.

Gracias a la cabeza de Paolo Goltz, el capitán y referente de este joven Huracán, la ilusión permanece en cada uno de los fanáticos de Parque Patricios. El Globo triunfó en el clásico 1 a 0 y, cuando restan dos jornadas para el final -si bien está segundo- el team de Cappa depende de sí mismo, porque juega con el puntero Vélez en la última. Si gana el par de encuentros que le queda, será campeón del fútbol argentino después de 36 años. Vaya si lo merece…

DAMIÁN ORLANDI