Pero bueno. Siempre tuvimos un aliciente: la Selección Juvenil. Desde 1995 hasta acá, cuatro campeonatos del mundo e innumerable cantidad de figuras que luego se consagraron (sólo en sus equipos) hacían que nos viniera a la mente el sentimiento de "inmortalidad". Creíamos que siempre íbamos en el máximo nivel, pero hubo un quiebre.
A principios de año, en Venezuela, el Sub 20 quedó afuera del Mundial. Sí, ni siquiera logró uno de los cuatro pasajes que otorgaba el Sudamericano. Terminó cuarto entre seis rivales, en la fase final, jugando un fútbol notoriamente inferior a lo esperado.
Soñábamos con que eso podía llegar a ser simplemente un accidente irrepetible. No obstante, lo que está pasando en Toulón no deja de ser similar. Un 4 a 0 ante Holanda en el debut prometía otra cosa, diferente a lo visto en el segundo partido, cuando se le ganó raspando a Egipto 3 a 2 y acentuado más aún, en el momento en el que finalizó el partido de esta tarde. Un 1 a 1 (gol de Trecarichi) con los Emiratos Árabes Unidos, en el final, agónicamente, muestran a las claras que se está trabajando y muy mal en los seleccionados. A pesar de que clasificaron a las semifinales, se está dejando mucho que desear cuando la celeste y blanca sale a la cancha. Hay que reaccionar ahora, antes de que sea demasiado tarde.
DAMIÁN ORLANDI
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