Y UN DÍA VOLVIÓ

Hablamos de River. Desde hace cinco o seis años (o más), la institución de Núñez no vive como lo hacía antes. Antes, las victorias -acompañadas por grandes actuaciones- eran el común denominador de los Millonarios, la hinchada reconocía la labor de sus futbolistas rompiéndose las manos ante cada lujo exhibido en el verde césped y luego -cuando River ganaba otra vez- los despedían con una ovación estruendosa.

Sin embargo, la actualidad es totalmente opuesta para los más ganadores de la historia de nuestro país a nivel local. Aunque tarde muchos tuvieron un "deja vu" en el Monumental. Porque River, por momentos, volvió a ser River. Claro que no le ganó a ningún rival importante, sino a un lamentable Independiente. Pero los de la banda tuvieron motivos extra para celebrar.

Luego de un muy buen primer tiempo, en el que Barrado marcó el 1 a 0 con un preciso remate de media distancia y de que Falcao, con su habitual eficacia en el juego aéreo, marcara el 2 a 0; los de Gorosito hasta pudieron ponerse a tres de diferencia, pero el propio colombiano erró un penal a lo Palermo contra Platense (el Loco lo había pateado con las dos piernas, aunque el suyo entró). Posteriormente, el Rojo también lo tuvo desde los doce pasos, pero Vega se lo tapó a Montenegro.

Hoy, las gallinas jugaron bien, los hinchas aplaudieron a sus jugadores y el equipo ligó después de mucho tiempo. El campeonato está lejos, las chances son nulas. Pero el fanático Millonario está feliz, porque River jugó a lo River. ¿Cuanto durará?

DAMIÁN ORLANDI