No hay otro evento en Rosario, más importante que el clásico entre Central y Newell's. Este espectáculo gana por excelencia, paraliza a toda la ciudad y gana en color, pasión y locura. De la manera más lamentable, el partido comenzó a jugarse la semana previa, con incidentes y choques entre los hinchas de ambos bandos. Ya en el partido, las tribunas exhibían la ansiedad y el fervor propio de dicho enfrentamiento y los jugadores brindaron una buena actuación, mayoritariamente en el segundo tiempo. En el primero, la Lepra exigió un poco más y gracias a un preciso remate de Mauro Formica se ponía en ventaja. En el complemento se vio mucha intensidad y los dirigidos por Sensini tuvieron varias chances para liquidarlo. Y lo que no consiguieron concretar, lo cristalizó el Canalla: a diez minutos del final, Emilio Zelaya conectó un cabezazo en el área e hizo delirar a todo el público local. Resultado que, en definitiva, dejó disconforme a Newell's y a los de Miguel Ángel Russo con un buen desahogo.
Y el post-partido no se puede dejar pasar por alto. Incidentes, balas de goma, plateas que volaron y demás situaciones que embarran lo que debía ser una fiesta.
GERMÁN MARTINA
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