Tres objetivos tenía en el horizonte próximo el Barcelona. Final de Champions League, últimos partidos de Liga Española y match cumbre de Copa del Rey, en ese orden de prioridades; el conjunto Culé afrontaba un epílogo de temporada soñado, aunque el mismo podía convertirse en la peor de las pesadillas, si es que las vitrinas continuaban intactas al final de este primer semestre del año (segundo y último de competencia).Esta tarde, el mejor equipo del mundo (para muchos, pueden no coincidir) se deshizo del Athletic Bilbao no con la facilidad esperada, pero sí contundentemente, al final de cuentas, en el encuentro decisivo de la Copa del Rey, disputado en Valencia.
En el duelo de peublos con intenciones firmes de querer independizarse, catalanes y vascos querían convertirse en dueños del torneo que tenía como campeón defensor al Valencia. Pero con el Barsa no se puede... A pesar de la ventaja conseguida por los bilbainos en el primer tiempo, por intermedio de Gaizka Toquero, rápidamente el candidato a quedarse en el título se hizo de la posesión del balón y empezó a merecer el empate. Fue así como Yaya Toure, con un remate de afuera del área, puso justicia en el marcador y mandó el encuentro empatado a los "camerinos".
En el complemento, Lionel Messi se encendió y el Athletic sólo se dedicó a admirar la superioridad en jerarquía de su rival. Justamente Lio, con un zurdazo potente y bajo, desniveló a los 10 y le dio el paso a Bojan y Xavi (perfecta ejecución de tiro libre) para que sellaran la historia.
El 4 a 1 marcó, otra vez, que los de Pep Guardiola están muy por encima del resto y, así como obtuvieron esta Copa del Rey (hacía once años que no la ganaban), es muy factible que en quince días estén festejando la Triple Corona. A por ellos...
DAMIÁN ORLANDI
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