El descontento por el reglamento vigente en el circo mayor del automovilismo, la Fórmula 1, se ve manifestado, principalmente, en dos de las escuderías más importantes de la categoría. Al verse limitados en no poder invertir más de 61 millones de dólares en gastos tecnológicos,
Ferrari y
Renault amenazaron con retirar a sus equipos la próxima temporada, si es que el reglamento no modifica lo que actualmente establece. De este modo, la
FIA se encuentra entre la espada y la pared, ya que dos escuderías que año a año pelean por el título, y cuentan con millones de fanáticos, podrían dejar de participar. Esta imposición tiene directa influencia en la competencia de la F1 y las pruebas están sobre la mesa: sin menospreciar la labor del equipo
Brawn GP, éstos comandan el campeonato de constructores y el británico
Jenson Button, piloto número uno, lidera tras adjudicarse cuatro de las cinco carreras que se disputaron.
Brawn apareció este año en la categoría más importante del automovilismo mundial y en las primeras fechas ya contaba con riesgo de desaparecer, ya que los problemas financieros la ponían en aprietos.
Con una Fórmula 1 más pareja (aunque los resultados demuestren en este momento una supremacía absoluta de la escudería Brawn) los grandes no están dispuestos a verse limitados económicamente, y las amenazas de su auto exclusión mantienen en vilo a todos.
GERMÁN MARTINA
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