Las diferencias de objetivos en estos últimos años entre dos de los equipos del sur del Gran Buenos Aires son muy marcadas. Lanús festejó un campeonato hace un año y medio, se dio el lujo de jugar las copas y pelear por otro torneo, mientras que Banfield deambuló por la mitad de la tabla, sin metas específicas, con cambio de técnico y empieza a sentir el ardor del bajo promedio que lo puede llevar a pelear por no descender. Estas tendencias pesaron en el clásico que disputaron el Granate y el Taladro, en el cual triunfaron los de Zubeldía por 1 a 0, con un tanto de Sand quien desvío la pelota con el pecho tras un centro de Maximiliano Velázquez. Así, desde la mitad del primer tiempo, Lanús tomó las acciones del juego, fue inteligente al hacer circular el balón por intermedio de Blanco y Salvio y encontró más de una posibilidad para liquidar el pleito. Del otro lado, con una dosis de amor propio, Banfield llegó con Fernández y Bertolo de modo insistente aunque le faltó la cuota de precisión. Los contragolpes para el Granate parecían que terminaban sentenciando la historia, pero Blanco y Sand tuvieron piedad. Sobre el final, con un cabezazo de Bertolo que sacó bien abajo contra el palo Bossio, casi llega el empate del Taladro, sin embargo la celebración quedó para el equipo que más acostumbrado está a festejar en este último tiempo. Lanús se consolida en la punta, le pasa la presión a los rivales para que le sigan las pisadas y se ilusiona con coronar su esfuerzo en cuatro fechas. O antes...
GERMÁN MARTINA
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario