NO LO ASUSTÓ LA HISTORIA

Antes de hilvanar 64 victorias consecutivas sobre césped (hoy alcanzó esa cifra espeluznante), Roger Federer perdía en la Catedral ante el croata Mario Ancic, allá por el 2002, registrando su última derrota en ésta superficie. Casi como un fantasma, Super Mario aparecía en el camino del mejor de todos para tratar de dar el batacazo, aunque el milagro parecía inalcanzable por la firmeza con la que venía el suizo y el cansancio que había acumulado el croata, en los octavos frente a Verdasco. Así, Federer hizo fácil lo difícil: 6-1, 7-5 y 6-4, para meterse en semi y pensar en otro hueso duro de roer, como lo es el ruso Marat Safin (eliminó a Feliciano López por 3-6, 7-5, 7-6 y 6-3). Por otro lado, Rafa Nadal parece llegar a la definición de Wimbledon de manera mucho más peligrosa que la del año último y con muchas más chances de poder vulnerar al número 1, si se da la final pensada. El mallorquín vapuleó al crédito "local", el escocés Andy Murray, por 6-3, 6-2 y 6-4.

GERMÁN MARTINA