lunes, 30 de junio de 2008

FURIA CHAMPAGNE

En tiempos en los que el orden táctico continúa derrotando por goleada al talento individual (chau al enganche) y en una era en la que el buen trato del balón ya no es sinónimo de victoria y en la que lo único importante es ganar o ganar, España dio señales de que se pueden lograr cosas importantes tratando a la pelota como ella lo merece.

Sí, el equipo de Luis Aragonés lo hizo posible y derrotó 1 a 0 a Alemania en la final de la Euro, con gol de Fernando Torres. La diferencia pudo y debió haber sido mayor, pero Lehmann y la ineficacia de los ibéricos generó que los germanos se ilusionaran con un empate sobre el final que nunca llegó.
Después de 44 años de espera, los gallegos (como los llamamos los argentinos) nos demostraron que son menos cuadrados que nadie y que manejan la redonda como pocos. La exquisitez del juego de Xavi, Iniesta, Cesc y Silva; sumado a las fructíferas apariciones de Villa, la seguridad de la defensa y la muralla construida por Casillas, el capitán del campeón; fueron los factores fundamentales del nuevo merecido Rey de Europa.

DAMIÁN ORLANDI

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