¿QUIÉN LO IBA A DECIR?

Inesperado totalmente. Tal vez era el partido menos atractivo de la novena fecha del torneo Clausura, pero se convirtió en el mejor. Gimnasia de La Plata y Olimpo protagonizaron un duelo electrizante durante los noventa minutos, pero los cinco de adicional fueron inolvidables, porque hubo tres goles desde los cuarenta y cinco hasta los cincuenta (los cinco minutos añadidos por Bassi).

Comenzó mejor Olimpo teniendo las situaciones mas claras, pero el local se puso en ventaja con un cabezazo de Alonso, que rompió su mala racha de no convertir. En los de Bahía, se lesionaron Paez y Lujambio. Entró Ulloa por el delantero uruguayo y convirtió el empate cuando se iba el primer tiempo. Parcial 1-1 y estaba bien.

El complemento fue aun mejor. Alonso pudo estirar la ventaja de penal pero Ramirez lo atajó. Pero tuvo revancha, otra vez de cabeza, y puso el encuentro 2-1. Olimpo se desordenó y encima Ulloa se hizo expulsar por un codazo. Los de Saporitti estaban con diez y perdían. Todo era nervios desde que previo al segundo gol de Gimnasia, Alonso le había pegado un codazo a Iturralde, que el árbitro no observó y como consecuencia de eso, el defensor de Olimpo estaba siendo atendido afuera. Este jugador era el encargado de marcar a Alonso quien instantes después consiguió el gol sin marca. Entre golpes, lesionados y sangre en las frentes de Pinto e Iturralde se terminaba el match. Cuarenta y cinco marcaba el reloj y Dominguez en un centro lo agarra infantilmente a Tavio y le da la chance a Barrado de empatar. No perdonó. 2-2. se jugaban cinco minutos más. En la respuesta del local un centro al área, un despeje a medias y Dominguez (villano antes y héroe ahora) le pega como viene y con desvío inclusive consigue el 3-2. Deliraban los platenses. Los bahienses no lo podían creer. Encima en otra contra, cuando Olimpo buscaba el empate, tres hombres del lobo quedaban contra el arquero Ramirez y Salvatierra puso cifras definitivas. 4-2. Partidazo con seis goles, dos penales y un expulsado. El partido de la fecha. ¿Quién lo imaginó?

AUGUSTO CESAR