Su llegada a la Argentina seguramente no fue como él la había soñado. Arribó a San Lorenzo en 1999 y nunca logró continuidad, por lo que volvió a su pais natal. Luego le tocó el turno de probar suerte en Colón: de primera etapa irregular en el Sabalero, en la segunda realizó algo similar a lo hecho en Colombia. El gol a Boca en la 7º fecha del Apertura pasado produjo una especie de metamorfosis en "Totono", quien terminó redondeando un gran campeonato.
Esa performance generó el interés de dos grandes del fútbol local: en Boca, Miguel Ángel Russo lo tenía en sus planes para ocupar la mitad de la cancha en 2008, reemplazar a Ever Banega y asociarse a Juan Román Riquelme en la conducción. Sin embargo, Grisales se alejó de la entidad Xeneize al mismo tiempo que Russo renunciaba a la dirección técnica.
Posteriormente, Pedro Troglio lo pidió para Independiente, con el objetivo de reforzar una zona (el mediocampo) que está poblada de jugadores, pero que fue lo más flojo del equipo en 2007. El futbolista se mostró entusiasmado desde el primer momento, al igual que sus representantes Mauricio Serna y Marcelo Ferreyra. Pero siempre hubo una traba: Colón, a través de su presidente, Germán Lerche, dejó bien en claro que la intención del club santafesino era negociar con el posible comprador, ya que el jugador tenía contraro firmado con el Sabalero.
Ante esto, surgieron mil y una vueltas, que hacian pensar que Grisales iba a estar seis meses "colgado", hasta que finalizara su vínculo con Colón. Pero las partes cedieron y el final, como en las películas, fue feliz. El jugador colombiano ya forma parte del plantel de Pedro Troglio. Un refuerzo de lujo para un equipo que buscará lo que se le escapó de las manos el semestre pasado: nada más y nada menos que el campeonato.
DAMIAN ORLANDI
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