Así como en la Argentina los wines son una especie en extinción (muchos sostienen que no existen más, pero Palacio, Rosales y César Delgado, lo son), el enganche es cada día menos utlizado (no sólo en nuestro país, esto es mucho más notorio en el fútbol internacional) y, últimamente, los defensores laterales también han ido desapareciendo. Es más, hoy en día el puesto que más le preocupa a Alfio Basile es el que ocupa habitualmente Gabriel Heinze. Porque el actual jugador del Real Madrid cumple esa función en el "Merengue" (lateral izquierdo), también lo hacía en el Manchester; pero su posición natural es la de segundo marcador central. Por eso, cuando falta el "Gringo", se debe improvisar con Zanetti o Burdisso, cuando es sabido que ninguno de los dos se desempeña allí cómodamente. Hubo otro nombre antes de la Copa América, pero desechado luego por el "Coco": Javier Pinola.
Probado con poca suerte, Clemente Rodríguez sería una alternativa; también Juan Krupoviesa, quien trasladó su rudeza y temperamento al Olympique francés; Lucas Mareque y Cristian Villagra (aunque relegado en River), aparecen como cartas aprovechables; ¿Cristian Ansaldi se perderá en Rusia?... Pero atención, porque hay una gran noticia: el último lateral izquierdo con clase que tuvo el fútbol argentino, con su elegancia diferente a la de cualquiera en su puesto, juego y marca, ida y vuelta por la izquierda, de pasado inigualable en River y en Bayern Leverkusen, y principio y fin futbolístico en Argentinos y Celta, respectivamente; ha vuelto al país. La referencia es para Diego Placente, quien se pondrá la camiseta de San Lorenzo por el término de dos años y, si rinde, uno imagina que estará en los planes de Basile.
DAMIÁN ORLANDI
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