No estaba en los planes. Se sabe que en el tenis cualquiera le puede ganar a cualquiera y que la lógica ya se halla
prácticamente extinguida. Pero en el encuentro de hoy pocos apostaban que David
Nalbandian cayera de forma tan categórica, con cifras tan elocuentes que lo transforman en poco creíble. Lo cierto es que el
unquillense no pudo asentarse en ningún momento y no mantuvo una regularidad que le permitiera darle un vuelco a la historia. Por otro lado, Juan Carlos
Ferrero fue una topadora: siempre le hizo jugar una de más y a la hora del ataque se mostró con una alta eficacia. El resultado fue 6-1 6-2 y 6-3 para sellar su pasaje a octavos de final del Abierto de Australia, para cruzarse en la siguiente instancia ante su compatriota David
Ferrer, vencedor en la jornada de la fecha del
estadounidense Vincent Spadea en
sets corridos.
Sin argentinos quedó, tempranamente, el primer Grand Slam del año que entra en etapas decisivas para encontrar al nuevo monarca o, quizás un tenista que ya se haya consagrado en tierras oceánicas.
GERMAN MARTINA
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