sábado, 1 de diciembre de 2007

AZTECAZO

Nuevamente el Arsenal de Gustavo Alfaro dio una extraordinaria demostración de fútbol y carácter. En este caso, su víctima fue el América de México, y en el mismísimo estadio Azteca. Ese que fue testigo del mejor gol de la historia del fútbol, hoy también apreció la solidez de un equipo que está a 90 minutos de conseguir un logro aún más importante del ya logrado, por el hecho de haberse clasificado finalista de esta Copa Sudamericana.
A pesar de tantos elogios, la historia parecía que iba a ser distinta de como finalmente sucedió. A los 3 minutos, un centro de un intratable Federico Insúa cayó en la cabeza del paraguayo Salvador Cabañas, quien definió con gran jerarquía al palo izquierdo de Mario Cuenca. Luego del gol, situaciones no muy claras, pero un dominio absoluto del conjunto local generaba impotencia en el equipo argentino y la consecuente sucesión de faltas innecesarias, todas inadvertidas por el pésimo arbitraje de Ricardo Grance.

Lo dicho era el fiel reflejo del partido. Al igual que como se da en muchos encuentros, el único recurso con el que puede contar un equipo para convertir un gol es la pelota parada; y es harto conocido que ese es el arma más poderosa que tiene el equipo de Alfaro. Así, entonces, fue como llegó el empate: centro de Javier Yacuzzi desde la derecha y cabezazo de Anibal Matellán para estampar el 1 a 1. Luego de ese tanto, a los 30, Arsenal se hizo dueño de la pelota y no sufrió más arremetidas de los mexicanos en su arco.

En el segundo tiempo, sin embargo, ocurrió algo similar a lo del primero: el América era más que un nervioso conjunto argentino. Fue por eso que a los 9 minutos, Cabañas la aguantó para Arguello y éste clavó un derechazo al ángulo del arco defendido por Cuenca. Imposible para el arquero, y ventaja nuevamente para los de Daniel Brailovsky. Se presumía que el partido terminaría a favor del triunfador hasta ese momento, pero un pelotazo del héroe ante River, una doble mano de Calderón no vista por el árbitro y la posterior habilitación para Alejandro Gómez, generaron que éste quedara sólo frente al arco. Con un remate esquinadoel "Papu" empató otra vez el encuentro.
Ya eso era suficiente. Dos goles como visitante bastaban para venir a Buenos Aires con un poco de tranquilidad. Pero Arsenal nunca se conforma: a los 20, otra vez la figura del partido, Alejandro Gómez, aprovechó un error de Castro y de emboquillada cabeceó por encima de la humanidad de un inmóvil Guillermo Ochoa. 3 a 2 para los de Sarandí y a aguantar.
Más allá de dos cabezazos de Hernán Rodrigo López que se fueron desviados, fueron pocos los sustos sufridos por Cuenca en los 25 minutos restantes. La expulsión de Carlos Categlione fue un reflejo del mal comportamiento de los jugadores argentinos a lo largo del partido.
Dejando de lado ese aspecto negativo, todo sumó en el Azteca para que este humilde equipo consiguiera algo impensado: primera victoria de un conjunto argentino sobre el América en su estadio y la posibilidad de obtener la Copa Sudamericana y dejar el nombre del club en lo más alto del continente. Sólo faltan 90 minutos.


DAMIÁN ORLANDI

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