jueves, 15 de noviembre de 2007

PROMETIÓ Y CUMPLIÓ

"Cumplo con mi palabra". Esa fue la frase que hizo escuchar Daniel Passarella ante los periodistas que presenciaron, esta mañana, en Ezeiza, la despedida del "Kaiser" de la entidad millonaria. Cumplía con lo prometido el pasado 25 de mayo, cuando advirtió que se iría de River si no conseguía un título a fin de año. Jamás pronunció la palabra "renuncio", pero sí hizo hincapié en la tristeza que pudo comprobar sintieron los jugadores a causa de la eliminación de la Copa Sudamericana y, por qué no pensarlo, porque sabían lo que se venía esta mañana respecto al futuro del técnico. Además, Passarella remarcó lo feliz que se sintió por lo conseguido con Ariel Ortega, quien logró recuperarse de su adicción al alcohol gracias al apoyo y ayuda de quien ya no estará más en el banco del Monumental. Resulta redundante repetir que la relación con la gente ya se había desgastado desde hacía tiempo, pero igualmente optó por enviarles un saludo a "los verdaderos hinchas de River".
Es harto conocido el apoyo que siempre le brindó el presidente José Maria Aguilar (a pesar del rechazo de la gran mayoría de los dirigentes), sumado a que, en el partido de ayer, a los jugadores se los vio muy demostrativos para con su técnico: abrazos luego de la conquista de los dos penales, diálogo fluido con algunos de ellos, sonrisas cómplices a pesar de la tensión vivida en ese momento...
En conclusión, se fue otro técnico. El segundo en tres días (La Volpe renunció el martes en Vélez). Y esta es una nueva muestra de que el poder máximo, hoy por hoy, en el fútbol argentino, no la tiene la dirigencia, no la tiene el técnico, no la tienen los jugadores... LA TIENEN LOS HINCHAS, pero no los verdaderos, a quienes Passarella les mandó un abrazo, si no LOS OTROS...

DAMIÁN ORLANDI

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