Con la excusa de que los dos no pelean por nada y por pedido de los respectivos entrenadores para tener más tiempo de vacaciones y, como consecuencia, también de pretemporada; el Arse y el Rojo jugaron... por nada. Como suele suceder en cada final de campeonato, la mitad o más de los equipos que participan del certamen están pensando en las vacaciones o en donde viajar para descansar, que es lo mismo. Sin embargo, se suele pensar que el que sí las merece es aquel que hizo las cosas bien durante el año o -al menos- lo intentó. El caso de Independiente contrasta con esta afirmación. Para Arsenal va lo mismo, aunque la obligación de uno y otro no es comparable: por recursos, historia, hinchada, prestigio, etc.
El partido fue el reflejo de la realidad de ambos: chato, sin ideas, monótono... como la gris tarde de Sarandí. Los goles, por el contrario, no los marcaron dos que se identifican como los culpables o claros referentes de la actualidad de los dos equipos: Franco Jara y Federico Mancuello son la esperanza y el futuro de los conjuntos de Burruchaga y Gallego, respectivamente. Ellos fueron los autores de los tantos que sellaron el 1 a 1 en el Viaducto. El comienzo del fin del campeonato e, imaginamos, el comienzo del fin para varios de los jugadores de Independiente, por lo menos con la gloriosa casaca del Rojo puesta.
*A los 49 años de edad, el encuentro sí tuvo relevancia para Gustavo Bassi, quien se retiró del arbitraje después de actuar durante una década como profesional.
DAMIÁN ORLANDI
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