sábado, 13 de junio de 2009

SIGUE SIENDO EL MEJOR

Desde hace un tiempo hasta esta parte, lo escuchado en todos lados: "el fútbol argentino se ha emparejado, pero para abajo". Exentos a esta afirmación, podemos apartar a dos o tres equipos: Tigre, por su humildad en cuanto a recursos, con dos subcampeonatos en el lomo (estuvo a un gol de celebrar en el pasado torneo); Lanús, por su primer título hace dos años y su todavía permanencia en la lucha por conseguir otra corona, más las armas con las que cosechó esos logros (mayoría de juveniles, ahora consagrados y hasta con un futuro por delante, y experimentados que aportaron su sapienza); y el Estudiantes de Verón, ese León casi inexpugnable en su estadio, campeón en 2006 y con chances de seguir haciendo ruido en esta edición de la Libertadores, además del mérito que significa, en este fútbol tan equiparado en cuanto a rendimientos, haber estado más de 18 meses invicto en el Ciudad de La Plata y llevar una racha actual de una derrota en los últimos diecisiete partidos disputados (por Copa y campeonato).

Con Simeone en su momento, el Pincha exhibió todas sus virtudes (título con un 7-0 incluído sobre Gimnasia). Con Sensini y Astrada llegó la entendible transición, aunque su fortaleza siempre siguió vigente. Con Sabella en el banco -en la actualidad- Estudiantes puede, entre semana, meterse entre los cuatro mejores del continente. En el torneo local, su DT no acude al polémico recambio. Mete siempre a los que considera que mejor están, por eso el León ya se ubica sexto y tiene la esperanza de seguir creciendo.

En cancha de Quilmes (el Ciudad de La Plata está en pésimas condiciones, por otro maldito recital), Boselli metió la cabeza a diez del epílogo para que los platenses festejaran ante Godoy Cruz. El 1 a 0, la victoria en sí, se ha convertido en sinónimo de Estudiantes. El mejor del fútbol argentino hace tres años, sin dudas. Y que me perdonen los tigrenses, granates, velezanos, quemeros...

DAMIÁN ORLANDI

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