EL MUNDIAL ES NUESTRO

O de Italia o de España o de Alemania o de Holanda o de Francia… pero no de Brasil.

Por historia (corta, pero historia al fin), el campeón de la Copa Confederaciones, no triunfa en el Mundial. El torneo va ganando en prestigio y, aunque las selecciones deben hacer sus méritos para participar del mismo, si se confirma nuevamente esta casualidad (porque es una casualidad) el año próximo -en el certamen más importante- seguramente todos empezarán a verlo de reojo.

El derecho a participar se lo ganan los campeones de cada una de las competencias por confederación a nivel mundial y el campeón del mundo. Así, el “mundialito” de mayores brinda la oportunidad a los futbolistas y a los espectadores de conocer las instalaciones del escenario donde se va a desarrollar, un año después, el Campeonato del Mundo.

Decíamos -indirectamente- que Brasil se había consagrado. La Copa Confederaciones, ésta incluida, ya aparece tres veces en sus vitrinas y se suma a los Mundiales y Copas América que el mejor equipo de la historia también posee. Sin embargo, habrá que estar atentos a esta macabra situación que hemos planteado.
Que el equipo de Dunga haya exhibido un fútbol similar al de su historia, cuando en realidad no venía mostrando su mejor versión, y que haya reaccionado justamente cuando falta nada para el Mundial, genera que sus rivales se apichonen aún más a lo acostumbrado ante la Verdeamarelha.
El 0-2 en el primer tiempo ante Estados Unidos, en la final, nos deprimía, nos ponía de muy mal ánimo. No obstante, cuando nos enteramos de que Brasil ganó el torneo disputado en Sudáfrica y que el año que viene va a fracasar, resultó un alivio y nos infló el pecho sin mover un pelo. Porque al clásico jogo bonito le agregó garra, coraje, temple, alma… todo lo que nos caracteriza a los argentinos… El 3 a 2 final sobre los yanquis nos da esperanza. Tenemos nuestro tercer Mundial al alcance de la mano…

Señores, volvió Brasil. NO TENEMOS CHANCES… "Cachivache".

DAMIÁN ORLANDI