En la actualidad, Estudiantes está pensando en tres cosas: la Copa, la Copa y el hipotético cruce contra Boca por la Copa. Por ello, Independiente debía ganar. Porque, además, Sabella presentaba en cancha un equipo repleto de juveniles y jugadores con pocos minutos en este semestre. Pero, claro, el rival era el impredecible equipo del irascible Gallego: un DT que impone siete cambios de una fecha a otra o, lo que es peor, sólo cambia cuando el equipo pierde (respeta el mote de "equipo que gana no se toca"), demuestra que, además de equivocarse fuera de la cancha (el Tolo le declaró la guerra implícitamente al periodismo), cuando tiene que exhibir su experiencia como DT -por más que cuente con un plantel de segunda categoría- lo único que hace es ratificar que le falta muñeca para manejar esta situación.
Cinco goles le metieron los pibes del Pincha al Rey de Copas... Independiente todavía está intentando dar dos pases seguidos. Además, algunos jugadores (no el Toti Ríos) pidieron que cambien el reglamento para la próxima fecha: exigen que se juegue con dos pelotas. Otros, piadosos ellos, exigieron a la dirigencia que saquen del equipo a Assmann y Montenegro (hizo el descuento), porque están en otra sintonía y no se entienden dentro de la cancha con el resto (el blondo arquero y el Rolfi sí están a la altura de la camiseta que visten). El 1-5 fue lapidario. Ante semejante resultado, no hay mucho más por agregar.
Así está Independiente: Rojo de verguenza...
DAMIÁN ORLANDI
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