Arsenal y Gimnasia son dos equipos sin identidad futbolística definida. El empeño que le pusieron los futbolistas de los dos equipos en cada una de las pelotas que les pasaban cerca, fue elogiable y hasta para aplaudir de pie, pero hacía mucho que quien escribe estas líneas no veía un partido tan mal jugado, carente de demostraciones técnicas de parte de profesionales de este deporte llamado fútbol.
Si cualquier espectador encendía la TV en el minuto 40 del complemento y veía lo que pasaba en el partido, se hubiera llenado los ojos con el espectáculo vibrante que se desarrolló en el epílogo del cotejo. Desborde de Ormeño, pase adentro para Alonso (qué mal juega el uruguayo, si hasta es peor que Sosa...), remate y tapada de Campestrini; centro de Carrera, cabezazo de Matellán y Piatti la saca en la línea; contra de Gimnasia, el propio Nacho la mete al área otra vez para Alonso, generoso éste hacia Niell, quien engancha, queda cara a cara con el 1 del Arse, va a definir... pero aparece de atrás Mosquera y se la saca del buche.
Eso fue todo. En tres minutos, la misma cantidad de situaciones clarísimas de gol. En 87, nada de nada. El partido fue un insulto para Sessa y Campestrini. Faltaba que ellos dos también se metieran en el medio del "barrial" que se armó en la tarde de Sarandí. Sí, fue un partido de potrero. Por algo los dos están como están.
Ah, el match terminó en tablas: fue 0 a 0...
DAMIÁN ORLANDI
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario