El momento que vive el fútbol argentino (momento que encuentra su punto de inicio hace, mínimo, diez años, y que se exacerba cada día más) es... indescriptible. Los fanáticos no respetan a nadie y, a partir del instante en el que Borghi asuma, su misión será una sola: que su equipo gane. No importa cómo, el Bilardismo manda: hay que triunfar como sea. Con armas nobles o no. Y a partir de hoy, el Bichi pasará a ser el "DT del equipo" y ya no más el crack que puso al Bicho en lo más alto del planeta fútbol.
Claudio Vivas se fue llorando del club. Dejó su cargo porque a los hinchas los cansó que su equipo estuviera merodeando las últimas colocaciones (está 20 de 20). Los mismos jugadores que llegaron a las semis de la Sudamericana, ahora se olvidaron de jugar y están penando en el campeonato. Puede pasar... Pero para los efervescentes fanáticos, "el" culpable fue uno solo: el entrenador. Lo bastardearon tanto, que se fue. Porque los jugadores y la dirigencia siempre lo respaldaron. Pero claro, ahora los que pagan la entrada (y los que entran gratis, también) son los que deciden la continuidad o no de los componentes de "su" equipo de fútbol.
El domingo será el primer partido de Borghi en el banco del Diego Armando Maradona. Seguramente, será recibido con bombos y platillos, pero... ¿cuánto tiempo pasará entre ese momento y el primer "¡¡Bichi, la p... ausa que te p... ertenecía le hace falta al equipo!!"? Tranquilos, en este campeonato no va a pasar. Faltan cuatro partidos para que termine. Le van a dar un poco más de tiempo...
DAMIÁN ORLANDI
No hay comentarios:
Publicar un comentario