Boca vs River. River vs Boca. Una nueva edición del partido más esperado por hinchas de ambos equipos, pero además por jugadores, ex jugadores, entrenadores, ex entrenadores, representantes, ex representantes, periodistas (no hay ex periodistas, ¿o sí?), extranjeros, turistas, oportunistas... El mundo del fútbol se paraliza ante este encuentro que se desarrolla, dos veces por año, en Núñez o en La Boca. Los que conocen de organización de espectáculos a nivel mundial y meten en la coctelera todos los condimentos que reúne este evento, argumentan -según su parecer- que el que se disputa en La Bombonera (generalmente el partido por el Torneo Clausura de cada año, antes de junio), es más atrapante, sobre todo por el marco "cerrado" y "pegado" al verde césped que exhibe el fanático desde la tribuna, y no por desprestigiar el magnífico Monumental.
Mas allá de analizar el contexto, la trascendencia del encuentro para propios y ajenos y lo que pueda acontecer posteriormente al match en sí (cargadas, afiches, cánticos, banderas y demás), cabe reconocer la imposibilidad de soslayar lo que tiene verdadera gracia y la consecuencia de todo este preámbulo: EL PARTIDO. Antes, un dato: de los últimos 21 partidos entre Boca y River, sólo dos tuvieron más de 3 goles. La tendencia es clara y, generalmente, la escasa cantidad de tantos marca una característica en este tipo de cruces: los clásicos son un bodrio. Lo único que hace captar la atención del espectador neutral es el choque de camisetas, porque los partidos resultan ser un fiasco, son chatos y con nulas situaciones de gol.
Para este, en particular, hay varias dudas: Battaglia y Riquelme, en Boca; Barrado, Falcao y Fabbiani, en River. Además, Gallardo no está para jugar los 90 minutos, pero debido a su experiencia, el DT lo incluiría entre los once iniciales. Volvería Buonanotte y, en el Xeneize, Cáceres está recuperado de su desgarro ya está listo para jugar.
El domingo se despejarán las incógnitas: ¿el Superclásico hará caso a ese mote y será un encuentro emotivo, con llegadas y goles para gritar o sólo se quedará en la llanura de un Miniclásico, trabado en todos los sectores del campo y aburrido como los de los últimos tiempos? Cuando Bassi diga "A jugar...", será tiempo de conocer la verdad.
DAMIÁN ORLANDI