El ex volante de River, Corinthians y West Ham había manifestado su deseo de continuar en el club inglés. Es más, su técnico, el español Rafael Benítez, también había dado a conocer su interés respecto a la continuidad del jugador argentino en los Reds: "quiero que se quede", había afirmado.
Sin embargo, las ofertas de la Juventus (equipo que mayor interés mostró en la contratación del futbolista) y el Barcelona, no tardaron en llegar, por lo que parecía factible que uno de los jugadores más requeridos por el mercado europeo, seguiría su carrera en otro grande del viejo continente.
El ingreso de dinero por la venta de Mohamed "Momo" Sissoko a la Vecchia Signora, era uno de los argumentos que Mascherano ponía sobre la mesa de los inescrupulosos propiearios del segundo equipo en importancia de Inglaterra (son los norteamericanos Tom Hicks y George Gillett), quienes conocen bien de negocios, pero poco de fútbol... De todas formas, ayer dieron un paso importante en esto de entrometerse en los intereses de un conjunto con ambiciones (deportivas) importantes, porque finalmente le compraron el pase al grupo inversor Media Sports Investments y, por lo tanto, el Jefecito continuará siendo jugador del Liverpool y cobrará 18 de millones de libras (37,5 millones de dólares) en cuatro años.
Lo que viene para Masche, ahora, es concentrarse en el trascendental compromiso que tendrá su equipo el próximo miércoles: en el Giuseppe Meazza, visitará al Inter, por la vuelta de los octavos de final de la Champions League (la ida fue 2 a 0 para el Liverpool). Posteriormente, afrontará con la Selección Argentina sub-23 la defensa del oro olímpico en los Juegos de Beijing, sin perder de vista los compromisos con la mayor en las eliminatorias.
DAMIÁN ORLANDI
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