viernes, 1 de febrero de 2008

UNA DE CAL Y UNA DE ARENA

Cuando Emanuel Ginóbili se fue acostar anoche, seguramente habrá tenido una mezcla de sensaciones respecto a lo que fue una jornada casi comparable a lo que significaría enfrentar la final de la Liga. Primero, porque ayer se conocieron los suplentes que acompañarán a los diez ganadores de la votación del Juego de las Estrellas (cinco por cada Conferencia); y segundo, porque los Spurs afrontaban un partido que ya se ha convertido en un clásico por el liderazo del oeste, ante Phoenix, equipo contra el cual "Manu" tuvo su mejor actuación en la liga: convirtió 48 puntos en enero de 2005.
Comencemos por la buena para él, la que uno imagina era la menos deseada por el bahiense o la de menor importancia. Nos referimos a la recuperación de San Antonio en el desierto de Arizona ante Steve Nash y cía. En un partido increible, los texanos remontaron un encuentro que parecía perdido ya en el primer cuarto (los Suns vencían 25 a 18). Sin embargo, los últimos campeones sacaron a relucir su solidez y su poderío defensivo, y sumaron un triunfo fundamental (84-81) que, uno imagina, definitivamente será un trampolín para conseguir más éxitos de forma consecutiva y, por qué no, terminar en la primera posición de la conferencia.

Decíamos que Ginóbili había tenido una buena noche, y así fue: 19 puntos y 7 rebotes para el argentino, quien comenzó nuevamente como titular, aunque en esta ocasión lo hizo en la posición de armador: ayer Tony Parker tampoco jugó y Michael Finley apareció entre los 5 iniciales por Jack Vaughn. "Manu" fue el goleador del equipo y fue el principal protagonista, como tantas otras noches, del éxitos de los de Gregg Popovich. El otro argentino, Fabricio Oberto, convirtió 2 unidades y bajó 7 rebotes.

Vamos a la mala. En 2005, el zurdo había cumplido un sueño: participar del Juego de las Estrellas. 8 puntos marcó en aquella ocasión en Denver, aunque claro está que poco importaba la performance en un partido "informal". Lo que valía era estar, no por fanfarronería, sino por merecimientos. Ayer por la noche, Manu también esperó esa noticia. Pero lo que le comunicaron no le agradó: los técnicos encargados de la selección, prefirieron al propio Nash, a Chris Bosh (New Orleans) y a Brandon Roy (Portland).

Dejando de lado la idolatría y la subjetividad, no hay dudas de que el argentino merecía estar en la fiesta máxima de la NBA (se llevará a cabo en New Orleans, el 17 de febrero). Uno cree que hubo dos factores fundamentales: el primero, la lesión en su mano que lo marginó un par de partidos y la meseta en la que cayó el último campeón en los últimos partidos. El segundo, y esto ya es apreciación personal... ¿No habra quedado afuera por ser argentino, no? Ojalá que no...

Lo cierto es que Emanuel Ginóbili, sin duda alguna, tomará esto como un aspecto positivo y lo utilizará para mejorar aún más su espectacular rendimiento en la mejor Liga del mundo. No necesita del voto de confianza de nadie.

DAMIÁN ORLANDI

No hay comentarios: