Eso es lo que le causó a Lanús su visita a Ecuador y la derrota sufrida en manos del Olmedo por 1 a 0. De entrada, se sabía que las condiciones del pleito podían jugar en contra del equipo argentino debido a que los 2800 metros sobre el nivel el mar afectan a quienes no están aclimatados a la altura. Un partido en donde los de Cabrero esperaron demasiado a su adversario, el cual tampoco tuvo ideas para llegar a la meta rival y que trató de llevar peligro al arco defendido por Bossio a través de los remates que duelen en ese tipo de canchas, los tiros de larga distancia. Sin embargo, ninguna ejecució asustó a "Chiquito" y al no proponer el equipo granate, el encuentro entró en una meseta. Poco para destacar y carencia total de ambos para generar fútbol. Hasta que en el segundo tiempo y aprovechando el cansancio físico de su contrincante, Olmedo encontró el gol por intermedio de Quiñones, quien ingresó muy bien en el partido para sacar la mínima diferencia. Los del sur de la provincia de Buenos Aires tuvieron el empate en los pies de Valeri y Sand, aunque ninguno de los dos encontraron precisión en el último toque.
Un resultado que no es decisivo ni mucho menos, pero que el próximo miércoles deberá encontrar en la revancha a un Lanús mucho más insistente y agresivo para poder dar la vuelta al marcador y mostrar al último campeón del fútbol argentino, dentro de la fase de grupos en la Copa Libertadores de América.
GERMAN MARTINA
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