Si bien el resultado a favor de los "Millonarios" no fue abultado, cualquiera que no haya visto el partido imaginaría que pudo haber sido un encuentro parejo en el que el conjunto de Diego Simeone aprovechó dos claras y sentenció la historia a su favor, o que la victoria para los de Núñez fue justa, ya que aguantó bien en defensa, contuvo alguna que otra arremetida de los volantes de Racing en el medio y sus delanteros anduvieron derechos. Pero nada de eso pasó. Es más, fue todo lo contrario.
Desde el minuto cero, el dueño del cotejo fue el equipo de Miguel Ángel Micó. Yendo de atrás para adelante, fueron 80 minutos casi perfectos de la defensa liderada por Marcos Cáceres y Gabriel Mercado. Radamel Falcao estuvo muy solo y cada vez que recibía no tenía posibilidad de rematar ni de ceder el balón a un compañero por la buena marca contraria y por la distancia que lo separaba de sus compañeros más cercanos (se repitió el improductivo tridente Lizio - Sciorilli - Buonanotte). En el medio, Yacob y Romagnoli le comían los talones al propio Domingo quien, de veinte pases, habrá errado quince, y no es exagerado. Jugando así le será muy complicado al volante central ganarle la pulseada por la titularidad a Ponzio y a Ahumada. Además, Fileppi y el juvenil Méndez lastimaban por izquierda y derecha, respectivamente. Ferrari y Abelairas les miraban el número. Adelante, un incisivo Navia hacía lo que quería ante una defensa de River inexperimentada (por Martinez y Oliva) y Ávalos no desentonaba.
La superioridad de Racing, vale remarcarlo, se daba en el juego. Llegadas claras sólo tuvo tres: en el primer tiempo, un centro de Fileppi que cabeceó Navia dio en el travesaño; luego, Méndez encaró a Ojeda (el único que se salvó en River) y, en vez de pasarla atrás, la picó... pero la pelota cayó en el techo del arco; y en el segundo, otra vez el chileno recibió sólo y fue derribado por el arquero ex Central. ¿Penal para la Academia? Sí dijo Pablo Lunati, pero que no marcó el línea: Navia estaba adelantado y la acción fue anulada.
Minuto 80. El partido moría en un 0 a 0 injusto. Pase largo a Ferrari por la derecha, quien parecía que no llegaba. Pero llegó, envió el centro atrás y Mercado metió su mano izquierda de manera infantil para interrumpir la trayectoria de la pelota: claro penal y expulsión por segunda amarilla para el campeón mundial juvenil. Fue el mismo Ferrari y convirtió el 1 a 0. Y como el fútbol no entiende de lógica y justicia... Otra contra a los 41: Marco Ruben recibe sólo, la para de pecho y define cruzado ante un inmóvil Hilario Navarro. Palo y gol. 2 a 0 y andá a cantarle a Gardel.
La realidad, más allá del score final, es que Racing, jugando así y como lo hizo ante San Lorenzo (ganó 1 a 0) se va a salvar de la Promoción y hasta puede pelear el campeonato, aunque tiene que mejorar en la definición. Por el lado de River, la efectividad en el arco contrario y la buena actuación de Ojeda fueron los únicos aspectos rescatables de esta noche en Salta. El resto, todo negativo. Habrá que trabajar para aceitar un sistema que, en dos partidos, le ha traído más dolores de cabeza que alegrías a Simeone.
DAMIÁN ORLANDI
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