Justamente haciendo referencia al futuro de ambos, debemos tener en cuenta que los dos se juegan la clasificación a los octavos de final de la Libertadores entre semana, por lo que lo más factible era presenciar el partido que se terminó dando: aburrido y trabado, con esporádicas situaciones de gol y con ambos conjuntos pensando más en su compromiso del martes que en lo que podía llegar a ocurrir esta noche en La Plata.
Fue rara la actitud, sobre todo, del equipo de Roberto Sensini. Porque si bien es entendible que le de prioridad a una Copa de la que participa en contadas ocasiones (juega con Deportivo Cuenca), también debían tener en cuenta la situación en la que están en el torneo nacional: con esta victoria, quedaron a un punto de River, aunque con tres unidades virtuales adentro (por el partido con Racing). Sólo tres situaciones de Leandro Lázzaro, antes de la fugaz y eficaz aparición de Verón para darle el triunfo al León con un derechazo bajo, fue lo único rescatable de un equipo al que le sobra garra. Lo de Lanús es más preocupante, porque cayó otra vez, su nivel no es el mismo al del año pasado y no puede perder en Montevideo ante el Danubio si pretende seguir con vida en su único objetivo a la vista.
DAMIÁN ORLANDI
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