En el comienzo del match ya se notaban las falencias de River y las virtudes de los peruanos. Los de Núñez estaban partidos y los locales aprovechaban cada centímetro del césped del Monumental de Lima. A diferencia del partido ante los jujeños, Augusto Fernández, Leonardo Ponzio y Nicolás Domingo jugaron el encuentro desde el arranque. Jugaron es una manera de decir, porque los volantes defensivos de la Universidad neutralizaron cada avance de Augusto por derecha, por izquierda y por el medio (sí, increiblemente en un tiempo jugó en los tres sectores del mediocampo) y Domingo y Ponzio se vieron superados ante cada avance del rival. Adelante, solo Abreu insinuó con algunos cabezazos bien controlados por Leao Butrón. Del resto del equipo, nada...
El primer golpe lo dio Roberto Ovelar, a los 15 de la primera etapa. Como sucedió ante Gimnasia y como viene pasando en los últimos años en River, la defensa hace agua ante cada pelota detenida en contra. El delantero paraguayo, en este caso, apareció sin marca luego de un tiro libre desde la izquierda y definió ante un Juan Pablo Carrizo que ni se mosqueó. Sobre el final, fue José Luis Díaz quien escapó entre dos, se metió en el área y parecía que se le iba larga, pero el "1" Millonario en esta sí se tiró, aunque a destiempo, y el atacante argentino selló el marcador con una definición que resultó siendo un pase a la red.
Decepcionó River en su presentación en la Copa. Simeone prueba y está bien que así sea, pero que no se duerma en los laureles porque, jugando así, al equipo le va a pasar lo mismo que el año pasado...
DAMIÁN ORLANDI
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