sábado, 10 de noviembre de 2007

GOLEÓ A LO CAMPEÓN

El sorpresivo puntero del campeonato se trasladaba a Rosario para defender la primera posición ante un rival repleto de problemas (institucionales y futbolísticos). Y con él fue una multitud que copó el Gigante de Arroyito para seguir prendido a una ilusión que está cada vez más cerca. ¿Por qué? Porque Lanús demostró esta noche que es el mejor equipo del campeonato, que no se achica ante situaciones adversas durante el juego, no siente la presión de estar en la cima (algo inédito en el club), y ni se inmuta sintiendo el soplido en la nuca de un gigante mundial como lo es Boca Juniors. Hace unos instantes, el conjunto granate acaba de consumar una goleada típica de un grande de verdad, y pinta para campeón.
A pesar de tantos elogios, el partido no comenzó de forma positiva para los de Ramón Cabrero: porque los locales, a través del buen juego de Damián Díaz, en conexión con Emiliano Papa, por izquierda, y Tomás Costa, por derecha, manejaban la pelota e intentaban llevar peligro al arco de Carlos Bossio. Pero sólo era eso: intentos. Del otro lado, sin embargo, José Sand tuvo la primera clara del partido a los 8, cuando un cabezazo suyo dio en el travesaño del arco defendido por Cristian Álvarez. A partir de allí, el encuentro no era ni demasiado entrenido, ni extremadamente aburrido... Pasable, como se dice habitualmente. Hasta que el pensador de este Lanús, Diego Valeri, desbordó por la izquierda, llegó al fondo y envió un centro al punto del penal; allí estaba Sebastián Blanco, quien con un zurdazo, de sobrepique, la metió en el palo izquierdo del arco del "1" canalla. Triunfo inmerecido hasta ese momento para el puntero.
Poco tardó, entonces, para que la justicia en el marcador se hiciera presente en Rosario. Porque a los 3 de la segunda etapa, Martin Arzuaga la metió en profundidad a las espaldas de Rodolfo Graieb, quien se sorprendió por la llegada de Emiliano Papa, que sólo tuvo que puntearla al medio para un José Vizcarra que se relamía sólo frente al arco, y que, con un toque de zurda, estampó el empate.
El partido, otra vez, era parejo y bien jugado por los dos, pero sin profundidad. Por eso era necesario una pelota parada para quebrar nuevamente el marcador: Valeri, en un tiro libre frente al área, la metió al segundo palo, donde estaba Mauricio Ribonetto para meterla, de pique al suelo, al palo izquierdo de Álvarez, que nada pudo hacer. Otra vez un resultado injusto. Pero a diferencia de lo que pasó entre la apertura del marcador y el empate Canalla, Lanús supo aguantar con firmeza y como un campeón un resultado favorable; y lo amplió aún más: otra asistencia de Valeri, a los 32, ante una defensa de Central que se durmió en un tiro libre, y la pelota que cayó entre Álvarez y José Sand. "Pepe" la punteó, ganó, y sólo tuvo que definir con el arco a su disposición. 3 a 1 y partido liquidado. Pero... faltaba la frutilla del postre: Blanco habilitó, en mitad de cancha, a la figura del partido, Diego Valeri, quien corrió 40 metros con la pelota, superó la estirada del arquero local yéndose hacia la izquierda y definió ante el cierre de un impotente Damián Ledesma.
4 a 1, punta asegurada en soledad hasta la fecha que viene (por lo menos) y a mirar cómodamente el partido de Boca del domingo. Cómodamente, sí, merecido para este equipo que ya merece festejar...

* El partido estuvo suspendido 10 minutos por incidentes entre los simpatizantes de Rosario Central.
DAMIÁN ORLANDI

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