Hasta la quinta presentación de los Chicago Bulls en la temporada 07/08 de la NBA, los números no los venían ayudando: 0-4 estaba el equipo de Andrés Nocioni, y enfrentaba a uno de los equipos más sólidos de la liga, con muchas más chances de seguir aumentando ese récord negativo, que de revertirlo. Detroit, para el humilde entender de quien escribe estas líneas, y aunque se ha ido desarmando en la pretemporada, mantiene la base de cinco hombres desde hace tiempo (a pesar del ingreso de Antonio McDyess por Ben Wallace, hoy titular en Chicago) y lo hace uno de los conjuntos más firmes a conseguir el título que se le escapó hace tres años, frente a San Antonio. Más allá de este análisis, que sólo tendrá validez o no, una vez finalizada la competencia, esta no fue de las mejores noches del conjunto de Flip Saunders, que hasta ahora llevaba encima un invicto de 3 victorias consecutivas. Porque, más allá de que fue un partido parejo, y que se definió en los últimos instantes en favor del conjunto campeón seis veces de esta liga, Detroit sólo contó con una gran tarea de parte de su pivot, Rasheed Wallace, quien con 36 puntos fue sin dudas el mejor de la cancha. Por contrapartida, las 6 asistencias de Chauncey Billups, y los 9 rebotes del ya mencionado McDyess, no influyeron tanto en el encuentro. Para los de Scott Skiles, entonces, fue la primera sonrisa en una temporada en la que las expectativas son muchas, porque ya el objetivo, para este equipo, ha dejado de ser clasificar a los playoffs: la gente pide un anillo, porque ya es hora de hacer olvidar a sus fanáticos la importancia de Michael Jordan, Scottie Pippen y Tony Kukoc, entre otros, en la década del 90. Hablando un poco de los números, Nocioni convirtió 10 tantos y capturó 7 rebotes en 16 minutos de juego; mientras que el alero Tyrus Thomas finalizó el encuentro con 19 puntos y 14 recobres.
DAMIÁN ORLANDI
viernes, 9 de noviembre de 2007
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